El conocimiento y el discernimiento
El hecho de existir implica ser temporal. Estar sujeto a un tiempo y espacio, implica sufrimiento.
Según Patanjali, “la ignorancia es el campo de todos los sufrimientos que pueden estar latentes, atenuados, interrumpidos o activos” (Yoga Shutra, II,4), y la ignorancia es “considerar como eterno lo que no es eterno, como puro lo que no es puro, como placer lo que es dolor y como el Ser lo que es el no Ser” (Yoga Shutra, II,5).
Todo lo existente tiene una parte esencial y partes accidentales. Lo esencial es permanente e inmutable y lo accidental es temporal y cambia constantemente. Estar apegado a lo accidental causa sufrimiento.
La identificación del ser con el proceso psicomental es una confusión producida por la ignorancia, es la falsa identificación con los objetos o sucesos experimentados por los sentidos de la percepción y de la acción. Toda identificación causa dependencia y toda dependencia causa sufrimiento. Patanjali explica que la causa del sufrimiento es “la asociación del que ve con lo visto (la falsa identificación con el proceso psicomental), esta causa (la falsa identificación) debe ser abandonada” (Yoga Shutra II, 17).
El conocimiento que discrimina lo esencial de lo accidental facilita que el individuo pueda evitar el sufrimiento. En otro aforismo Patanjali dice, “el sufrimiento puede y debe ser evitado antes de que se origine” (Yoga Shutra II, 16).
La dependencia es esclavitud y su ausencia es libertad. Para evitar la esclavitud y el sufrimiento Patanjali explica “la ausencia o la desaparición de la asociación de lo que ve con lo visto mediante el conocimiento correcto conduce a la libertad” (Yoga Shutra II, 25).
El ser humano es débil, pero la sabiduría le hace fuerte. La sabiduría es el mejor y único camino que lleva al hombre al máximo perfeccionamiento y le establece en su esencia. Así, para evitar el sufrimiento inherente a la existencia, es necesario el conocimiento (jañan) y el discernimiento (viveka).
Bondad
Los celos, la envidia, el deseo de causar daño y la ira perturban la mente y destruyen la paz interior. Son factores negativos producidos por la ignorancia; son maldades que obstaculizan el crecimiento personal. La malicia o maldad por sí misma no existe, es accidental, no esencial. Igual que la oscuridad es la ausencia de luz, y que si en un lugar oscuro encendemos una luz, la oscuridad desaparece; si practicamos la bondad, la maldad desaparece, porque ésta sólo existe cuando falta la bondad. La bondad es la inclinación hacia el bien. Mientras que la maldad endurece el corazón, la bondad lo enternece.
मैत्रीकरुणामुदितोपेक्षाणां सुखदुःखपुण्यापुण्यविषयाणां भावनातश्चित्तप्रसादनम् ॥योगसुत्र १.३३॥
Maitrikarunamuditaupeksanam sukhaduhkhapunyaapunyavisayanam bhavanatahcittaprasadanam
Cultivando la amistad, la compasión, la complacencia y la indiferencia en relación al placer y al dolor y a las virtudes y a los vicios, se consigue la estabilidad (calma) mental (Yogasutra, I.33)
En este aforismo Patanjali expone que: la amistad, la compasión, la complacencia y la indiferencia, eliminan la impureza de nuestra personalidad y de nuestra mente y proporcionan calma e imperturbabilidad mental.
Si cultivamos una actitud amigable con las personas que son felices, eliminaremos los celos de nuestro comportamiento y purificaremos nuestra mente.
Si cultivamos la compasión con las personas que están sufriendo, sentiremos el dolor ajeno como propio y desearemos eliminar ese dolor; esto creará en nosotros el hábito de no causar daño al otro.
La compasión es empatía, es ponerse en el lugar del otro. Practicar la compasión produce respeto, tolerancia y comprensión del otro
Si cultivamos la complacencia hacia las personas virtuosas, eliminaremos la envidia de nuestro comportamiento.
Por último, practicar la indiferencia hacia las personas viciosas, cuando la simpatía o la empatía no son posibles, nos liberará de la ira y de la rabia.
Sin celos, sin deseo de perjudicar al otro, sin envidia y sin ira, la mente del practicante goza de una estabilidad imperturbable y éste se convierte en una persona bondadosa. Cuando la mente está calmada, el corazón es tierno y la bondad nace de un corazón tierno. El corazón tierno sufre viendo sufrir al otro, se alegra de la alegría del otro, siente amor y cariño, igual por los afortunados que por los desdichados. Busca el mayor bien para el otro, con todas sus capacidades y posibilidades, con toda su disponibilidad y habilidad. No causar daño debe ser la máxima de todo ser humano.
¿Por qué hay que aprender a pensar?
Pensar es examinar, considerar o discurrir una cosa con el fin de obtener un dictamen. Uno debe tener la formación y desarrollar las disposiciones y habilidades de entender, analizar y evaluar ideas y argumentos, así como de responder a problemas de previsión y de resolución práctica.
El que no sabe jugar al ajedrez puede observar una partida de ajedrez, verá los movimientos que hace el jugador, pero no podrá hacer lo que éste hace, no podrá apreciar la torpeza o la destreza del jugador. Para poder apreciar el juego hay que aprenderlo. Por eso hay que aprender a pensar, para poder comprender correctamente el juego de la vida. Pensar correctamente es averiguar la composición de la situación en que uno se encuentra y elegir la mejor opción para convertir la situación en algo que le sea favorable. Aprender a pensar facilita que el sujeto sea capaz de hacerse cargo de la situación y obrar en consecuencia.
Pensar facilita comprender la diferencia entre un hecho y una opinión, facilita una observación detallada, descubre suposiciones y define sus términos, cuestiona y duda. Permite afirmar o negar hechos o sucesos en base a la lógica y a la evidencia sólida.
En muchas ocasiones gran parte de nuestro pensamiento, es parcial, distorsionado, confuso, desinformado. Pensar es un arte, y como cualquier otro arte, hay que aprenderlo.
Autoestudio
La naturaleza de la mente es dinámica, por eso se distrae, pero la intensidad de la distracción depende de la personalidad, estructura mental, educación del individuo y de factores socioculturales.
Patanjali, en su libro Yoga Shutra, expone como posibles causas de la distracción de la mente: la enfermedad, lentitud mental, la duda, la falta de motivación, la pereza, incontinencia, percepción errónea, la dificultad de lograr un nivel de evolución y la incapacidad de mantenerse en el estado iniciado.
Para entender cuáles son las causas que producen esta distracción, uno debe de hacer un estudio o análisis de sí mismo. Este estudio no es una tarea fácil, pero es posible. Toda persona madura debe aspirar a emprender esta empresa.
Saber cuál es la forma de ser de cada uno, conocer sus limitaciones y posibilidades, es fundamental para poder reducir esas limitaciones y aumentar las posibilidades. El trabajo de autoestudio necesita de una firme voluntad, honestidad y objetividad.
Buenas fiestas
“Cuanto más elevada es la especie de una cosa, más difícilmente se logra. Vosotros, hombres superiores que os halláis aquí presentes, ¿no os habéis malogrado todos?
Tened buen ánimo, ¡qué importa eso! ¡Cuántas cosas son aún posibles! ¡Aprended a reíros de vosotros mismos como se debe reír!
¡Tampoco extraña el que os hayáis malogrado y sólo salierais bien a medias, semirrotos! ¿Es que no presiona y empuja en vosotros – el futuro del hombre?
Lo más remoto y profundo que existe en el hombre, su altura estelar y su inmensa fuerza: ¿no hierve todo eso mezclado en vuestro puchero?
¡No es extraño que se rompa más de un puchero! ¡Aprended a reíros de vosotros mismos como se debe reír! ¡Hombres superiores, oh, cuántas cosas son aún posibles!
Y en verdad, ¡cuántas cosas se han logrado ya! ¡Cuán rica es esta tierra en cosas pequeñas, buenas y perfectas, en cosas bien logradas!
¡Poned cosas pequeñas, buenas y perfectas a vuestro alrededor, hombres superiores! Su dorada madurez cura el corazón, Lo perfecto enseña a tener esperanza.”
(Nietzsche, 1883 Así habló Zaratustra)